Por el camino, mi discípulo no creyente me tentó.
Teníamos una hora para pasear en domingo, comer churros recién hechos, y tomar café, él invitaba.
Era imposible resistirme y no tanto a los churros como al estar los dos tomando café un domingo como si fuésemos mayores.
Teníamos una hora para pasear en domingo, comer churros recién hechos, y tomar café, él invitaba.
Era imposible resistirme y no tanto a los churros como al estar los dos tomando café un domingo como si fuésemos mayores.
Lo hicimos y al terminar nos dirigimos hacia un callejón, ahí él sacó una cajetilla de Celtas Cortos.
Escondidos, frente a frente para tapar el viento que entraba por el callejón, encendió el pitillo como un experto, le dio una calada y creo que sus pupilas se relajaron y dejaron salir la luz de dentro. Sonrió.
Cuando me tocó a mi lo hice torpemente, lo metí en mi boca, aspiré y un ardor entró por la garganta y salió por los ojos, inmediatamente empecé a toser y a ahogarme, tiré el pitillo al suelo y cuando mi discípulo se lanzó a cogerlo, un pie lo aplastó. Un pie rollizo metido en un zapato negro y cubierto por unas medias tan apretadas que parecían a punto de rasgarse y dejar escapar la grasa de dentro.
Levantamos los ojos y vimos a una mujer vestida de negro cerrado. “La misa ha terminado” -dijo- y se dio media vuelta.
Corrimos como alma que se lleva el diablo, pasamos por en medio del parque y casi saliendo de él mi discípulo que iba atrás mío perdió el equilibrio por el lodo resbaloso y agarrándose de mi camisa y hizo que ambos cayésemos de bruces en el fango.
Llegamos maltrechos a casa, mi abuela nos ordenó meternos con todo y ropa en la ducha, dijo que olíamos a una mezcla de basurero, tierra y colillas de cigarrillo.
Siempre me llamo la atención la habilidad de su nariz que a la postre tuvo que acostumbrarse al olor del Celtas y luego del Fortuna, un aroma que hasta el día de hoy me precede, no así mi fe que se quedó por el camino.
Las primera independencia obtenida a hurtadillas y robando ratos a la iglesia, o a eso me sabe hoy la entrada. Besosos.
ResponderEliminarY yo robaré tiempo a mi blog, dos semanas sin publicar que espero me perdonen los que siguen la historia, estoy fuera y poco tiempo me dejan para continuarla.
ResponderEliminarBesosos
Disfruta de tu ausencia, más que penamos los demás a causa de la espera. Besosos.
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